fantom!

Tuesday, September 26, 2006

Mañas

Ya, sé que no escribo nunca aquí, en parte por que no tengo tanto tiempo, y también porque me gusta escribir cosas entretenidas aunque nadie las lea, y nadie me postee. Pero entre ayer y hoy, tengo un tema metido entre ceja y ceja, y no me voy a quedar tranquila hasta que me desahogue.
Odio a dos tipos de personas. En verdad son más, pero me voy a centrar sólo en dos por hoy. Primero, a los que comen poco. Y segundo, a los que no ven televisión. Claramente, yo estoy en esos dos grupos, por lo que puede sonar a comentario medio autorreferente y sesgado, pero este es mi espacio y puedo decir lo que yo quiera.
Los que comen poco me desesperan. Esa gente me enerva. Esos que picotean unos palitos de zanahoria entre comidas, los que almuerzan un yogurt light, los que comen ensaladas en la noche porque sinó "les cae pesado". Me pregunto cuales serán sus motivos, si será para no sentirse tóxicos, para adelgazar, porque son veganos, qué sé yo. Igual de repente yo como ensaladas, pero porque son ricas. Me gusta la gente que come harto, así todo bien grasoso, hamburguesas tan llenas de cosas que se desarman cuando las masticas, burritos con salsas y quesos y carne molida con harto aliño, o un pollo asado con papas fritas que cuando te lo comes te duele el hígado.
Sin querer, me formo opiniones de las personas por lo que comen. Sé que es raro, pero yo no lo busqué. Y creo que tengo razones para hacerlo. Los que comen harto son personas que saben disfrutar. Los que se reunen en torno al asado para celebrar cosas, con choripanes y costillar, chupando los huesitos después. Un asado de pollo deshuesado, o con un salmón a la parrilla es más desabrido que chupar un lápiz. Y la gente que se lo come, igual de desabrida. Y según mi cuadrada mente, fomes como bailar con el hermano. Hay estudios "fidedignos" (Revista Cosmopolitan, mi biblia) que dice que los hombres que comen cosas picantes y bien aliñadas son mas divertidos y candentes. Y yo le encuentro toda la razón. Definitivamente, no me calza un hombre cool, que coma ensalada. Para conquistarme, tienen que llevarme a comer una chorrillana.

Y ahora el otro punto: La TV. ¡Que maravilloso aparato! Es una cajita llena de sorpresas y cultura. La prendes, y te teletransportas a cualquier parte del mundo en un abrir y cerrar de ojos. Te informa y te entretiene. Gilmore Girls, ER, SQP, Los cazadores de mitos, entre tantos más. El TV cable es lo mejor que me ha pasado, y agradezco por él cada día de mi vida.
Sin embargo, hay personas que no entienden. Que no saben apreciarla. Los comentarios tales como "no, yo no veo tele. me aburre" me dejan pasmada. Quizás muchos lo dicen para hacerse los interesantes, así como "prefiero leer un buen libro". Pamplinas! He leido muchos buenos libros en mi vida, y eso no quita que me guste ver televisión! Hay algo en esas personas que me huele a falso. No puede ser que a alguien no le guste ver televisión. Todavía recuerdo la primera vez que fui a la casa de A. De noche a las 5 de la mañana, caminando, no pasaba ningún taxi, y tuvimos tiempo para poder conversar por primera vez de verdad. Y fue ahí, cuando en tono medio en broma me dijo "yo amo la tele, la mitad de las cosas que sé, las sé por la tele". Claramente no era tan extremo, pero con eso me conquistó.


Ya sé que estas declaraciones suenan más light que el yogurt del que hablé antes. Lo sé y lo acepto. Y lo encuentro mucho más verdadero que todos esos que se desviven por escribir enredado y metafísico. Porque creo que hasta Martin Hopenhayn ve tele en sus ratos libres. Pero eso claro que nadie lo dice.

Thursday, September 07, 2006

pipopipopipopipopipo

Y se despejó. Desde que me subí a la micro en Pedro de Valdivia hasta que llegué a mi casa chispió (¿se escribe así?), y apenas pongo una pata adentro de mi hogar, se despeja y sale el sol. Ni siquiera fue una lluvia decente, eran esas gotitas molestosas que son tan chicas que se te meten en el ojo mientras caminas. Y chocas con todos los viejas que se tratan de ir lo más pegado posible a las paredes para que no se les moje su peinado, armado de una estratégica manera para que no se les note la pelada incipiente. Nunca he visto a una vieja totalmente calva en todo caso, pero si indagas debajo del peinado gigante y de la laca, se ve que hay menos de tres pelos por centímetro cuadrado. Me tinca que yo voy a ser de esas viejujas. Con tanto tratamiento capilar que me hago para que quede perfectamente liso, un día voy a amanecer con unas cenizas pegadas a la cabeza y una cosa parecida a un gato muerto en la almohada.
Anoche había un círculo en la luna, formado por nubes muy perfectitas. Nunca había visto algo así. Era medio tétrico, como si el fin del mundo fuera a venir luego. Al final no pasó nada. Igual estaba super volada, así que miles de teorías pasaron por mi cabeza. Como invasiones extraterrestres, o huracanes. No le dije a nadie mis pensamientos para que no se burlaran de mí, aunque unos minutos después estaban todos voladitos. Generalmente no me gusta fumar pitos en los carretes, me siento ultra perdida, como que cada uno anda en su propia onda, y al final lo termino pasando mal. Me gusta fumar en casa, viendo tele, con poca gente. Una vez me fumé un pito con mi nana y después se fue y me dejó sola en mi volada. Estuve mirando el techo como por 3 horas. Muy mal.

Últimamente he soñado puras cosas raras. Y eso es raro en sí mismo porque yo antes nunca soñaba. Anoche soñé que en mi universidad había una laguna, muy cochina y llena de ramas. Había una familia bañándose, y de repente dos pendejas chicas y rubias se ahogaban. Las sacaron y yo le hacía resucitación a una. La pendeja revivió, pero la otra se murió, la que no atendí yo. Y me sentía muy culpable, porque podría haberlas salvado a las dos. Después en el funeral, me daba cuenta que la niñita que salvé era la sobrina de la Pupi, mi amiga del colegio.
La sobrina de la Pupi murió el año pasado, en la vida real. Tenía 11 meses, y todavía nadie sabe de qué murió. A esa guagua ni siquiera la conocí, pero fue muy triste. Esto fue hace mas o menos un año, no sé porqué se me apareció en sueños ahora. Y tampoco sé si significa algo. Prefiero no interpretar nada. Ya lo hice una vez y resultó ser cierto. Aunque al final todo se resolvió, y de la mejor manera.
Ahora estoy escribiendo puras tonteras, pero es mejor esto que nada. Quería actualizar esto, para dejar atrás el último post, en el que estaba muy triste. Mucho más triste de lo que pensaba que iba a estar. Nunca pensé que iba a llegar a querer tanto a mi wachito rico. Pero sí, lo quiero, y mucho. Aunque sea más frío que una piedra, y aunque le guste asustarme y apretarme, y aunque a veces me haga sufrir sin que el quiera hacerlo. Y está bien que sea así. Porque cuando me da un abrazo y me dice cosas lindas es lejos lo mejor del mundo. O cuando estamos durmiendo y yo tengo frío, me calienta las patitas con las suyas. Eso sí es amor. Porque no hay nada que la gente odie más que una pata fría.
Ahora está todo bien, todo en orden, y puedo decir oficialmente que estoy feliz. De esa felicidad en que los campos florecen, los conejillos salen de sus cuevas y los cervatillos corren por el prado. De esa felicidad en que corres por la calle y quieres darle besos a todo el mundo. Porque mi pololo es el más rico y mejor del mundo, porque tengo buenas notas, porque tengo a los mejores amigos, y porque a pesar de todas las mierdas que el universo ha puesto en mi camino, las he saltado con gracia y sigo enterita. Y mejor que antes. Si fue necesario pasar por todas esas decepciones y relaciones tempestuosas para estar donde estoy, pues me alegro de todo eso. Ahora sé perfectamente lo que quiero, y nadie podrá detenerme. Groar!