fantom!

Tuesday, July 25, 2006

Amiguis



Después de que esta palabra, "amigui", se hizo ultra popular en la teleserie más popular aún, Machos, todos la usan indiscriminadamente, y hasta en modo de burla cuando se ven a puras minas copuchando y gritando en un bar, todas con sus moños desordenados para que se vea cashual, pero en verdad estuvieron frente al espejo dos horas peinándose. Pero en verdad tiene un significado más importante.
La amistad femenina es una cosa demasiado compleja como para intentar entenderla. Sólo se da, y hay que aprovecharla mientras dure. Toda amistad entre féminas pasa por sus momentos. Un día las minas se odian y hacen comentarios como "la maldita me cortó el teléfono, la odio" o "nunca más le voy a contar nada". Mi hermano siempre me dice que las minas son unas víboras, y que si pelan a sus amigas del alma, qué queda para ellos. Igual es cierto. Que levante la mano la mujer que nunca ha pelado al pololo de la amiga. Incluso con la amiga presente. Es que en realidad, lo que digan tus amigas te marca.
Yo personalmente, tengo a mi grupo de amiguis. De esas con las que te ríes de todo y de todos. Juntarme con ellas es mejor que pasar una tarde en Fantasilandia cuando tenía 12 años. Siempre tratamos de hacernos el tiempo para por lo menos juntarnos a tomar tecito, o hacer tacos y comer sin control. De hecho, la mayoría de las veces nos juntamos alrededor de comida.
Gran parte de estas amiguis vienen de la época escolar. Éramos de las típicas pendejas que hablaban todo el día y que todas las profesoras nos retaban. Casi nunca nos sentábamos juntas. Por lo menos ellas no querían sentarse al lado mío porque las desconcentraba demasiado. Sí, hablaba igual que ahora, lo que es decir, bastante. La Ana y la Camila tenían su propio rincón, en la parte de atrás de la sala, en el sector denominado "Cuba". Cada vez que llegaban tickets de fiestas, los convertían en naipes dibujados por ellas mismas para hacer campeonatos de poker en las clases de cívica. Los jokers eran lo mejor. Habían juglares, duendes, reinas de corazones, etc. Esas cartas todavía deben existir, en alguna de las cajas de embalaje en la casa de la Ana, que se ha cambiado tantas veces de casa que ya ni siquiera desembala sus cosas.
En realidad casi todas las tallas internas del curso provenían de nosotras, y los hombres comodines que llenaban las fiestas de curso eran amigos de nosotras. Los mismos amigos con los que nos seguimos juntando, y que se meten todos con todos. Hay una endogamia brígida en ese grupo. No me sorprendería ver guaguas deformes en el futuro.
Hoy en la tarde, estábamos con la Ana en la casa viendo tele, cuando nos llama la Carola, y vino a vernos para charlar. Conversamos, nos reimos, y cuando nos aburrimos salimos a caminar por Providencia. Ya nadie hace eso, salir solamente a caminar por ahí sin rumbo. Llegamos al Drugstore, vimos ropita, nos tomamos un chocolate caliente con una dona, nos congelamos un rato y después pacíficamente volvimos a la casa.
En resumidas cuentas, no hicimos absolutamente nada, pero lo pasamos muy bien.
Esa es la diferencia de las amigas con las amiguis. Amigas se pueden tener muchas, y amigos también. Pero esas personas con las que te puedes sentar y no hacer nada, y aún así te alegran el día, ésas son las que importan. Por muy pendejo que suene, tengo a mis amiguis, y con eso no necesito más.

La Rocío es otra de las amiguis. Ella apareció de la nada. Bueno, no de la nada. Era compañera del amigo del amigo, y nuestra primera conversación nació a partir de Denver, el último dinosaurio. No era compañera de colegio, y es un año mayor que yo. Al día siguiente de nuestra amena primera charla, nos juntamos a almorzar en el Mc Donalds cuando ella todavía comía carne. Y desde ahí que no nos separamos más. Estuve ahí el día de su graduación, estuvimos dos veranos juntas en La Serena con su familia, estuve ahí el día que llegó su bajo recién comprado a su casa, estuve en su primera tocata con Brandon Teena, fuimos juntas a ver a Placebo al hotel y también estuve en el aeropuerto despidiéndola cuando se fue por 9 meses a Inglaterra. La extrañé como enferma durante todo ese tiempo, y ahora por fin está aquí. Eeh!

A todas estas las quiero más... no sé que haría sin ustedes chiquillas.

Este es el post mamón del mes.
En agosto vendrá otro. Aunque todavía no sé de qué.

Pd: Había subido una foto donde salían todas las del colegio, pero no se quiere poner. Maida, no te ofendas.

Wednesday, July 19, 2006

El vil dinero

Ya saben ustedes que yo me inspiro leyendo cosas de otras personas. Y hoy el turno es del Feña. Fernando Briones, el hombre que canta en María Milagros y que toca el cencerro como músico invitado en Johou, mientras se contornea como Iggy. Su tema de hoy era la plata. Si mal no recuerdo, cuando yo era chica el tema monetario no era tan importante. No porque nos sobrara, in fact siempre vivimos bastante apretados, y todavía tengo el trauma de que nunca me hayan comprado esos paraguas de papel fucsia que vendían en las plazas. Y tampoco me compraron nunca un Danky. Y era feliz. Gracias a que mi mamá es parvularia tenía juegos hechos en casa, y siempre experimentó los juegos de los pendejos conmigo antes. En cambio ahora no sé si eso se usará, los niños están llenos de coches y estaciones didácticas con luces y cubos para estimular el cerebro. Yo nunca tuve eso. Cuando lloraba me metían en el corral que babeó mi hermano grande, y para que no me aburriera tanto me pasaban una muñeca sin pelo porque se lo corté. Aún así mi cerebro es bastante normal.
El tema de fondo es que ahora sin plata no eres nadie. No te puedes comprar ni un dulce, no puedes andar en micro, que cada día está más cara, entre mil otras cosas. Aparte de que no puedes andar con nadie que tenga plata porque todos se compran cosas menos tú, lo que puede llegar a ser peor que no tener plata en sí.
Desde que entré a la universidad, el tema "dinero" es cada vez más importante para mi. Tengo una mesada paupérrima que no ha tenido ninguna modificación desde que entré a la U hace 5 años. Y como la inflación aumenta y mi mesada no, cada vez me alcanza para menos cosas. No puedo pedir que me den más mesada, en parte porque me la están dando, y también porque sé que mi mamá no me puede dar más. En vez de quejarme debería trabajar. Pero sencillamente no me alcanza el tiempo. No tengo ni sábado. Tengo como 12 horas de clases diarias. Pero filo, en un año más debiera tener trabajo. Espero. Una vez ya escribí sobre eso, asi que no lo voy a repetir para amargarme sola de nuevo.
En verdad no sé que pasó con el mundo. Prendo la tele y están diciendo que subió la bencina, el gas, el agua, el pan, que Bolivia nos odia porque no les damos mar, que en Israel se muere un niño por hora, que hay gente que vive en casas de 2 x 2. Ustedes me conocen, nunca he sido pacifista ni he participado en marchas antiguerra, tampoco he ido a construir mediaguas ni he mandado comida no perecible a la cruz roja. Nunca me han impactado esas cosas, no porque no me importe, sinó porque siento que cada vez esto va empeorando más, y ya nadie puede hacer nada. Porque si hay gente pobre en Chile no es porque nadie construya mediaguas, es porque seguramente hay un empresario revolcandose en los billetes que los pobres se demoraron años en juntar. Y eso sí que es invencible. Porque mientras los que controlen toda la plata no quieran dejarla, nunca se va a arreglar nada.
Esto ya se transformó en discurso social. Que lata. No hay tema más trillado, junto con la religión. Pero lo último que digo: que quede claro que estoy hablando de las personas honradas. Esos flaites culiaos que salen a robar porque "no tuvieron otra oportunidad en la vida" que lo chupen. Y bien chupado.
En fin, la plata mueve mala onda, tanto en los que la tienen como los que no. Como dijo mi amiga Camila, "me gustaría irme a vivir a una isla, y comer raices". Eso de que el dinero no hace la felicidad definitivamente lo escribió un ricachón. Yo no sería feliz sin tener qué comer. O pensando en que cualquier día me pueden embargar la casa. Ahora la gente tiene guaguas pensando en cómo van a pagar la universidad del pendejo. Quizás esa es la razón por la que las tasas de natalidad han bajado tanto. Ahí tienen, señores sociólogos.
La otra vez mi mamá me dijo "tuviste mala suerte de nacer en esta época". Bah! Díganmelo a mí!

Friday, July 14, 2006

(no subject)

Tengo sentimientos encontrados con respecto a esto de los blogs. Por una parte, es lo mismo que tener un diario de vida, pero ahí, a la luz de todos. Esa es la pesadilla de todo adolescente. Es casi como que te leyeran la agenda Pascualina. Si po, yo podría tener un cuaderno y escribir estas mismas cosas, sin necesidad de publicarlas. Pero despues me di cuenta de que yo disfruto mucho leyendo los blogs de otras personas. No por morbosa, sino por que todos tienen formas tan distintas de escribir, y es divertido ver como las personas pueden contar un mismo hecho de una manera tan diferente. Por ejemplo, la Ana (Siempre la cito a ella, lo siento. No conozco tantos blogs) escribió sobre nuestra aventura del miercoles. Y aunque yo estuve ahí con ella toda la tarde, cuando leí lo que escribió fue como verlo de afuera, y me pareció más divertido aún. Esa es una de las razones por las cuales esto está abierto al mundo. Aparte que se puede conocer mucho de una persona por la forma en que escribe. Si alguien escribe poemas de dragones y hadas y muerte, ya puedo decir de antemano puaj. Si usan mucho las palabras "tristeza", "preludio", "surrealista", "nihilismo", o citan libros con muchas de esas palabras, también puaj. Odio a esa gente. Debe ser porque tuve una experiencia bastante traumática con personas así. Eso de buscar la forma "intelectual" de decir las cosas lo encuentro patético. Prefiero mil veces que me digan "me siento como el pico", a "siento que mi vida está cayendo en una vorágine de emociones que me envuelven y me arrastran hacia la oscuridad". Y acabo de cachar que usé demasiadas comillas en un solo párrafo.

Cambiando de tema, esto de estar de vacaciones me vino de perilla. Necesitaba dormir y tener un tiempo para mí. Yo creo que por eso es viernes y yo estoy en mi casa. Como este semestre tuve clases los sábados siempre me quejé de que no podía carretear, y ahora que puedo, no quiero ni asomar la nariz afuera. Aparte que no hay mucho que hacer. Casi todos los amigos se fueron a la playa, el novio trabaja y la roommate anda sirviendo piscolas en un bar.
Me encanta tener roommate. Sé que es temporal, pero ha sido muy cul. Hemos fumado caleta de pitos, hemos tomado caleta de chelas, descubrimos en el último video de Shakira a un pendejo disfrazado de momia que mueve un palo, y nos reimos horas. Lleva aquí casi un mes y no nos hemos peleado nunca. Y eso que vivir conmigo es todo un desafío. La voy a extrañar cuando se vaya.
Aparte de ella, la Camila también vivió conmigo una vez, por dos meses. Aunque debo decir que nunca estábamos en la casa. Carreteábamos todo el día. Ahora que lo pienso, no sé como nunca amanecimos en un paradero de micro tapadas con un diario. Qué buenos tiempos eran los del 2004. Tenía banda, sala de ensayo que funcionaba como casa de eventos, pocos ramos en la universidad... era la gloria. Ahora no tengo banda, tengo muchos ramos, y la sala de ensayo se convirtió en una sede del partido comunista.
Ayacucho era la raja. Ensayábamos y después nos quedabamos a carretear. Todos los meses contábamos las monedas para poder pagar las $60.000 que nos tocaban, pero sí que valía la pena. La primera vez que fuimos, fue cuando era Estudios Elefante todavía. Nuestra manager, Fran, en uno de sus tantos viajes conoció a un hombre, el famoso "Señor Salvatierra", que tenía un estudio, y le ofreció grabarnos gratuitamente. Estuvimos todo un día grabando, y ese día conocimos a un joven muy simpaticón que después cachamos que se llamaba Peter Estay, y tocaba en Amongelatina. Después algo raro pasó, al Señor Salvatierra lo "fueron" del estudio, se llevó todas sus maquinarias raras y Ayacucho quedó como sala de ensayo y sede de tocatas. Y Amongelatina nos ofreció ensayar ahí, junto con ellos y con María Milagros. En parte porque les caíamos bien, y también porque necesitaban la plata. Y puta que era harta plata. Ahí también conocí a Aníbal, el guitarman de MM. Pero me caía como el hoyo. Una vez grité muchos improperios en su contra y el justo estaba atras mío. Menos mal que no escuchó. Pero como del odio al amor hay sólo un paso, lentamente el "es rico, pero me cae como el pico", se transformó en "es rico y quiero para mi!". Y ahora es mío, muajaja. Así que ya lo saben, cualquier chiquilla que se le acerque se las va a tener que ver conmigo primero. Y yo pego fuerte.

Thursday, July 06, 2006

Pánico Escénico

Sí. Esto ha pasado a hacerse público.
Todo se debió a que recibí un comentario de un futuro colega (eehh!) y estuvo mucho tiempo ahí sin que me diera cuenta. Como lo pronostiqué en un principio, estaba claro que no iba a durar mucho mi veta narrativa. Desde abril que esto está parado, y me metí hace unos días para si esto seguía vivo. Cuanta no sería mi sorpresa al ver un post en mi última entrada. Cómo llegaron aquí, nadie lo sabe. Pero la cosa es que alguien opinó sobre mi escrito. Y en realidad, si ya lo leyó una persona, porqué no habrían de leerlo otras. Este blog ha sido desflorado.
Desde abril han pasado 3 meses. Tres terribles meses en que había que hacerse el tiempo para poder comer tranquila, lavarme el pelo, dormir más de 8 horas en una noche, revivir vida social, etc. En esos tiempos, si escuchaba a una sola persona más decir "oye que estás desaparecida" me tiraba al andén del metro. Nunca he sido una persona obsesiva con el estudio, de hecho, odio estudiar. Eso de tener que ponerme frente al cuaderno y decidirme a empezar me saca los choros del canasto. Me pongo mal genio y le grito a la gente que ose transitar a mi alrededor. Pero por mucho que me moleste estudiar, este año he tenido que hacerlo, y con la cara llena de risa.
Hace poco una amiga de la universidad congeló la carrera, en parte por problemas personales, y también porque esta carrera te succiona toda la energía vital. Lo sé, suena flaite, pero no sé como más describir esa sensación de que, no importa lo feliz que pueda ser tu vida afuera de la universidad, igual no vas a tener tiempo para disfrutarla. Onda "me gané el Kino! pero tengo clases de lunes a sábado, y pruebas durante toda la semana, asi que no puedo salir a comer, ni ir al cine, ni carretear". Sucks!
Este lunes vi a mi amiguita, y estaba tan... feliz. Estaba rosadita y echando la talla. No como el resto de nosotros, que estamos pálidos, con úlceras y con la mitad del pelo que teníamos en marzo. Y todavía nos quedan 3 semestres más como éste.
Hoy tuve mi único exámen del semestre (por que de los otros dos me eximí, disculpen). Con el profesor que más odio y que más me odia. De hecho, creo que es el único profesor que me odia. En su parte del ramo me saqué un 2,1. Uf! golpe al ego. En las otras partes del ramo tuve un 5,6 y un 5,1. Pero no lograron salvarme del exámen maldito. Hoy todos los alumnos desfilaban a las 9:00 rumbo a la sala de la prueba, como quien va al patíbulo. Cabeza gacha, leyendo los últimos detalles de materia. A esas alturas, se te olvida todo. Se empiezan a escuchar preguntas tipo "¿Los perros pueden tener pelo, cierto?" o "¿Cuántas patas dijiste que tenían las vacas?". Horror.
Luego de 3 largas horas, empiezan los desmayos y los llantos, por que entregan las notas de los exámenes. Lo único bueno de mi universidad es eso, que entregan las notas de los exámenes el mismo día. Así por lo menos la angustia dura menos. Minutos antes de la entrega de notas, un compañero me dice "que miedo, siénteme el corazón", y el pobre tenía los ojos medio saltones, y se le veían los latidos a través del chaleco. Afortunadamente, el susodicho pasó el ramo. Y yo también. Pero no faltan los pobres cristianos que se echaron el ramo con un 3,9. Si te vas a echar el ramo, por lo menos échatelo dignamente. Y lo digo con conocimiento, yo reprobé genética con un 3,9 y hubiera preferido quedar con un 2,0.
Aparte de estudiar, y uno que otro carrete memorable, estos tres meses han pasado por mi sin pena ni gloria. Que lejanos se ven los días en que carreteaba de viernes a lunes. Snif. Por lo menos ahora se vienen las vacaciones de invierno, que sé que serán insuficientes para poder recargar mis pobres pilitas. Espero que por lo menos me vuelva el color.