Amiguis


Después de que esta palabra, "amigui", se hizo ultra popular en la teleserie más popular aún, Machos, todos la usan indiscriminadamente, y hasta en modo de burla cuando se ven a puras minas copuchando y gritando en un bar, todas con sus moños desordenados para que se vea cashual, pero en verdad estuvieron frente al espejo dos horas peinándose. Pero en verdad tiene un significado más importante.
La amistad femenina es una cosa demasiado compleja como para intentar entenderla. Sólo se da, y hay que aprovecharla mientras dure. Toda amistad entre féminas pasa por sus momentos. Un día las minas se odian y hacen comentarios como "la maldita me cortó el teléfono, la odio" o "nunca más le voy a contar nada". Mi hermano siempre me dice que las minas son unas víboras, y que si pelan a sus amigas del alma, qué queda para ellos. Igual es cierto. Que levante la mano la mujer que nunca ha pelado al pololo de la amiga. Incluso con la amiga presente. Es que en realidad, lo que digan tus amigas te marca.
Yo personalmente, tengo a mi grupo de amiguis. De esas con las que te ríes de todo y de todos. Juntarme con ellas es mejor que pasar una tarde en Fantasilandia cuando tenía 12 años. Siempre tratamos de hacernos el tiempo para por lo menos juntarnos a tomar tecito, o hacer tacos y comer sin control. De hecho, la mayoría de las veces nos juntamos alrededor de comida.
Gran parte de estas amiguis vienen de la época escolar. Éramos de las típicas pendejas que hablaban todo el día y que todas las profesoras nos retaban. Casi nunca nos sentábamos juntas. Por lo menos ellas no querían sentarse al lado mío porque las desconcentraba demasiado. Sí, hablaba igual que ahora, lo que es decir, bastante. La Ana y la Camila tenían su propio rincón, en la parte de atrás de la sala, en el sector denominado "Cuba". Cada vez que llegaban tickets de fiestas, los convertían en naipes dibujados por ellas mismas para hacer campeonatos de poker en las clases de cívica. Los jokers eran lo mejor. Habían juglares, duendes, reinas de corazones, etc. Esas cartas todavía deben existir, en alguna de las cajas de embalaje en la casa de la Ana, que se ha cambiado tantas veces de casa que ya ni siquiera desembala sus cosas.
En realidad casi todas las tallas internas del curso provenían de nosotras, y los hombres comodines que llenaban las fiestas de curso eran amigos de nosotras. Los mismos amigos con los que nos seguimos juntando, y que se meten todos con todos. Hay una endogamia brígida en ese grupo. No me sorprendería ver guaguas deformes en el futuro.
Hoy en la tarde, estábamos con la Ana en la casa viendo tele, cuando nos llama la Carola, y vino a vernos para charlar. Conversamos, nos reimos, y cuando nos aburrimos salimos a caminar por Providencia. Ya nadie hace eso, salir solamente a caminar por ahí sin rumbo. Llegamos al Drugstore, vimos ropita, nos tomamos un chocolate caliente con una dona, nos congelamos un rato y después pacíficamente volvimos a la casa.
En resumidas cuentas, no hicimos absolutamente nada, pero lo pasamos muy bien.
Esa es la diferencia de las amigas con las amiguis. Amigas se pueden tener muchas, y amigos también. Pero esas personas con las que te puedes sentar y no hacer nada, y aún así te alegran el día, ésas son las que importan. Por muy pendejo que suene, tengo a mis amiguis, y con eso no necesito más.
La Rocío es otra de las amiguis. Ella apareció de la nada. Bueno, no de la nada. Era compañera del amigo del amigo, y nuestra primera conversación nació a partir de Denver, el último dinosaurio. No era compañera de colegio, y es un año mayor que yo. Al día siguiente de nuestra amena primera charla, nos juntamos a almorzar en el Mc Donalds cuando ella todavía comía carne. Y desde ahí que no nos separamos más. Estuve ahí el día de su graduación, estuvimos dos veranos juntas en La Serena con su familia, estuve ahí el día que llegó su bajo recién comprado a su casa, estuve en su primera tocata con Brandon Teena, fuimos juntas a ver a Placebo al hotel y también estuve en el aeropuerto despidiéndola cuando se fue por 9 meses a Inglaterra. La extrañé como enferma durante todo ese tiempo, y ahora por fin está aquí. Eeh!
A todas estas las quiero más... no sé que haría sin ustedes chiquillas.
Este es el post mamón del mes.
En agosto vendrá otro. Aunque todavía no sé de qué.
Pd: Había subido una foto donde salían todas las del colegio, pero no se quiere poner. Maida, no te ofendas.